martes, 12 de noviembre de 2013

García López en Animate 2013




© Animate 2013
El domingo pasado, José Luís García López finalizó su presentación en Animate 2013. En su primera  convención en Argentina, el dibujante de Superman, Batman, Atari Force, Roland y tantos otros títulos, recibió el cariño y la admiración de una legión de fans. Muchos de sus seguidores y colegas lo esperaban desde hace décadas. García López brindó tres conferencias. Allí, ante público y compañeros, repasó toda su carrera; su formación, los inicios profesionales en nuestro país, su partida en 1974  y su trayectoria en Estados Unidos.
Al término de cada conferencia firmó ejemplares y dibujó ante una multitud de admiradores de todas las edades. La fila para verlo se extendía por decenas de metros. El público atesoraba en sus manos material de todo tipo y época. Figuritas, revistas, libros, posters, gorros y remeras dibujados por él; a la espera de un autógrafo. Incluso una fan ataviada como Donna Troy extendió sus brazaletes metálicos en busca de su firma. Los más afortunados lograron llevarse un original dibujado allí mismo.
Convocado por Deux Eventos, con la dirección Pablo Muñoz y la coordinación de Rubén Meriggi la presencia de García López en nuestro país fue sin duda una de las visitas más importantes de las últimas décadas. Ojala se repita.

© Animate 2013
 
© Animate 2013







Foto: © César Vidal

Fans de todas las edades
Paula Ventimigia como Donna Troy 






Junto a Domingo Mandrafina



Regreso al mate


lunes, 28 de octubre de 2013

Entrevista a José Luis García López

El próximo 7 de noviembre José Luis García López arribará a nuestro país como invitado estelar en Animate, la convención de Comics y Animación. Es una oportunidad única para conocer un artista mayúsculo, cuya formación se inició en nuestras tierras. Hace varios años tuve la oportunidad de entrevistarlo. El reportaje fue publicado por DC Comics Argentina, en el mismo título en que García López volvía a publicar en nuestro país: "El Regreso de Donna Troy".



Entrevista a José Luis García López 


Por Walter Alarcón

José Luis García López nació en Pontevedra, España, el 26 de Marzo de 1948. Su arribo a nuestro país ocurrió en 1953, a la edad de cinco años. Su infancia transcurrió en el barrio de Almagro, más precisamente en la esquina de Pringles y Córdoba. Años más tarde se mudaría al Oeste, en Haedo. Sus comienzos profesionales se remontan a la edad de trece años. Una pequeña editorial le encargó un Western y, aunque fue publicado, nunca recibió paga alguna. Ya a los dieciocho, a través de un agente, realizó historietas románticas para la editorial Charlton. Estos trabajos fueron mostrados a la Editorial Columba y, a pesar de su calidad, no lograron abrirle las puertas de la editorial.



Curiosamente, fue un trabajo de ciencia-ficción (32 páginas a color realizadas para la revista Squiú) el que le franqueó el paso a la Editorial Columba. Allí comenzó dibujando adaptaciones de autores clásicos de la literatura, tales como Cervantes y Lope de Vega. Luego, junto al guionista Héctor Oesterheld, concretó su historieta más popular en Argentina: “Roland El Corsario” que se publicaría en la revista Fantasía. A fines de 1974, García López viajó a Estados Unidos en búsqueda de realizar lo que más admiraba: las tiras sindicadas. Además de su talento, arribó a New York con tan solo una agenda con par de teléfonos, y una carta de recomendación de Antonio Presa, el Director de Arte de Columba. Alquiló un departamento cercano a Times Square, en una zona conocida como “The Hell’s Kitchen” (La cocina del infierno) y comenzó a recorrer editoriales. Para comprender el impacto provocado por García López en Estados Unidos, no alcanza con enumerar los títulos que magistralmente dibujó. DC le encargó la realización de su “Guía de Estilo”: todo el panteón de personajes de la editorial fue dibujado por él como una guía de referencia para dibujantes y licenciatarios de la marca. Algunos artistas mencionaron que trabajarían para DC, solo para obtener ese libro. Esta pequeña anécdota sirve para ilustrar la magnitud de la calidad del trabajo de García López: Andrew Helfer, editor de DC, estaba sentado en su oficina, cuando una persona se detuvo frente a su puerta abierta y avanzó hacia un panel de Wonder Woman colocado detrás de su escritorio. El visitante se quitó las gafas, observó detenidamente los dibujos y con un marcado acento francés preguntó al editor: —¬¿Es García López verdad? ¿Él usa modelos no es así? —No. —Respondió el editor sonriendo —Hijo de p... —Exclamó el francés, estupefacto. El admirador era Jean Giraud, Moebius. Antes de pasar al reportaje, permítanme mencionar que esta nota fue concebida originalmente para la desaparecida revista “El Historietista”. Hoy, estimo que está publicada en el lugar correcto: DC y Argentina, ambos hogares de José.



¿Cuándo comprendió que quería ser dibujante?
Muy niño, quizás a los seis o siete años. Tenía un primo que dibujaba caritas de chicas “tipo Divito” y desde entonces comencé a dibujar en márgenes de cuadernos, en papel de envolver, y hasta en las paredes. Graffiti precoz, digamos.

¿Cuales eran sus lecturas preferidas cuando era niño?
Fui niño por largo tiempo. Empecé leyendo el Pato Donald, continué con las revistas mejicanas, las de Codex, Pimpinela, Patoruzito... Para las de Frontera era muy joven, y las de Columba no me gustaban, o no las conseguía gratis (risas). Ya en el colegio, y gracias a los premios por asistencia, empecé a leer y gustar de las diferentes novelas de aventuras: “Los viajes Gulliver”, “El último de los Mohicanos”, “Ivanhoe”, “Tom Swayer”... Me convertí en un adicto a la lectura, vicio compulsivo que no he abandonado. 

Cuándo se refiere a Pimpinela ¿habla de Pimpinela Escarlata de José Luis Salinas?
No. Me refiero a la revista Pimpinela de Editorial Codex de fines de los años cincuenta. Allí trabajaron Roume, Vieytes, Domínguez, Sesarego y Breccia, entre otros.  

¿Cómo fue su formación y cuales fueron sus influencias?
Copiaba mucho y me enamoraba fácilmente de cualquier dibujante que me gustara. Recuerdo haber copiado a Joe Manelly, Russ Heath, Enrique Vieytes, Luis Domínguez. Esto fue hasta los catorce años, más o menos. Después las influencias fueron más variadas, yo tenía más conciencia de ellas, y pude aprovecharlas en forma más madura.  

¿Comenzó estudiando por correspondencia?
 Cuando tenía diez años, mi hermana me compró un curso de Continental School. Mucho más tarde, cuando tenía dieciséis, me inscribí en la Escuela Panamericana de Arte y pasé tres años allí.

¿El curso de los 12 famosos artistas?
 Sí, pero no el curso por correspondencia, sino el que se dictaba en la calle Venezuela. Tenían también otro local cerca del Congreso. Allí hice el primer año, y en el otro los dos años siguientes. Recuerdo haber tenido como profesores a Borisoff, De la Mota, Pereira, Novelle, Vieytes y Breccia. Sé que olvido algunos pero éstos son los que más recuerdo.
 

¿Recuerda a alguno de sus compañeros?
Me acuerdo de dos que luego fueron mis amigos, y que hicieron algunas historietas para Columba y Edmal (ex Editorial Lainez), José Burone y Lucia Vergani. Recuerdo otros nombres pero nunca más supe de ellos, ni que incursionaran en esta rama del dibujo.


En su época de la Panamericana de Arte. A su derecha, Lucía Vergani.

A pesar de que no hay mucha información suya en la Web, en algún medio se menciona que estudió en Bellas Artes ¿Es correcto o es una confusión con la Escuela Panamericana de Arte?
Es la Escuela Panamericana de Arte.

¿Recuerda cual fue su primera publicación? 
Fue una de vaqueros que dibujé a los trece y salió cuando ya tenia catorce. Entre nosotros, fue una colaboración con Domínguez, aunque él nunca se enteró. 

¿La dibujó y firmó usted y Domínguez lo ayudó? ¿En qué revista se publicó?
A Domínguez recién lo conocí en persona en New York. Cuando me refiero a su “colaboración”, es porque lo copié descaradamente. Creo que yo tendría entre doce o trece años. La historieta fue publicada, para mi vergüenza, cuando ya tenía catorce. Nunca la mostré.
Luis Dominguez
¿Qué recuerdos guarda de Editorial Columba? 
Lindos... Yo era joven, veinte años creo. A esa edad todos los recuerdos son lindos; y de los feos, no merece la pena acordarse. Me fui de Columba pero las puertas siguieron abiertas en ambas direcciones.

¿Cuáles son los motivos por los que decidió emigrar a Estados Unidos en 1974? 
Yo no emigré, vine de visita y me quedé. Y el pretexto, si necesitaba alguno, fue económico. Siempre fui un dibujante lento, y para ganarse la vida en Columba había que producir mucho. De todas maneras, recuerdo que hacía buen dinero, pero la inflación siempre fue más rápida que yo. En realidad son muchas las razones, el haberme criado leyendo cómics y series norteamericanas también influyó para querer conocer y trabajar en la meca del cómic y de la tira sindicada.

¿Cómo fue recibida su llegada allá? Teniendo en cuenta el nivel de los artistas de DC y Marvel de aquél momento: Joe Kubert, Neal Adams, John Buscema, Jack Kirby...
Fui recibido muy bien, no puedo quejarme. En DC, desde el primer día, solo me quedó por conocer al presidente de la Warner. No solo conocí a Infantino, sino también al entonces presidente Harrison, al vicepresidente y a los principales editores. Y hasta me dieron trabajo, ¿Qué más puedo decir?

 ¿Qué influencias tuvieron para usted los trabajos de Alex Raymond, Stan Drake, Frank Robbins y Milton Caniff?
Ya en la etapa más o menos profesional, cuando trabajé para la Charlton y después para Columba, las influencias más notables eran Alex Raymond, Stan Drake, Alberto Breccia y Harold Foster. Posteriormente descubrí la grandeza de Frank Robbins, Milton Caniff y Noel Siecles. Y ya en Estados Unidos, las influencias se multiplicaron porque en Argentina yo no estaba muy al tanto del mundo del cómic. Y también me llegó el material europeo a través de Warren, después Heavy Metal y National Lampoon. Por supuesto que a medida que crecés todo te sirve, los libros que lees, las películas que ves, lo que pasa en el mundo, etc. Todo influye en tu trabajo.

¿Cuáles fueron las muestras que presentó por primera vez en Estados Unidos, y en qué editorial? Hice tres tiras de Ben Bolt al estilo de J.C.Murphy, a sugerencia de Presa, ¿Lo conocés?

Sí, por supuesto.
Para mi Presa “era” Columba. El King Features Syndicate estaba buscando reemplazante para Murphy, que iniciaba entonces su trabajo en el Príncipe Valiente. Para el KFS tenía una carta de recomendación que Presa tuvo la gentileza de proveerme. Allí reboté, pero fui muy bien tratado y me llevaron a almorzar, como se estila aquí. Me hablaron de la posibilidad de trabajar como asistente de Stan Drake pero, aunque admiraba su trabajo, no era lo que quería hacer. Además de las tiras de Bent Bolt, también hice cuatro o cinco páginas con temática policial, y nada más. El resto eran algunas historietas ya publicadas en Columba y algo que hice a última hora para la revista Skorpio. 

Bent Bolt, por García López


¿Cómo fueron sus primeros días en la ciudad?
 En los primeros cinco días que pasé en New York tuve la cita en King Features Syndicate y conseguí departamento. Luego me preparé para DC, pero tenía una dirección vieja. Se habían mudado de la Tercera Avenida al Rockefeller Center. Llegué al RC, pero me perdí, porque no es un edificio sino un complejo de edificios. Entonces llamé al dibujante Luis Domínguez, del cual tenía el teléfono. Quería arreglármelas sin molestar a terceros pero la geografía de New York me obligó a pedir ayuda. Domínguez venía a la ciudad ese mismo día, tenía que visitar Western, DC y Marvel. Me presenté en Western y salí con un guión, Boris Karloff, creo. En DC, además de conocer a todo el mundo, como ya te dije, también me llevé un Superman de Kurt Swan para entintar. Domínguez me preguntó si quería que me presentara en Marvel, pero me negué. Ya tenía las manos demasiado llenas.

¿Resultó difícil adaptarse al cómic americano?
No, no fue difícil y la prueba está en que varios dibujantes argentinos y de otros países lo estaban haciendo y muy bien. Lo importante fue encontrar editores que creían en tus capacidades y te daban la oportunidad para desarrollarlas, y yo tuve suerte en ese aspecto.

Su dibujo posee cualidades únicas: es académico, posee fuerza, movimiento, interpretación en los personajes y composición de página ¿cómo es su método de trabajo?
Mirá... una manera de zafarme de esta es decirte que mi método es el trabajo duro, pero es más complicado... creo. Lo principal para mí es contar bien la historia, y de una manera que atraiga el interés del lector. Todo está en función de contar la historia con claridad. La semejanza entre el cine y la historieta es algo ya muy conocido pero muy válido: tenés que actuarla, dirigirla, ambientarla y editarla. Boceto cada cuadro pensando simultáneamente en la página, todo de una manera muy suelta. Cuando tengo resuelta la secuencia, hago un boceto mucho más terminado donde resuelvo el 90% de los problemas. Entonces lo calco directamente al papel original, de la manera más espontánea posible. 

Supongo que su mayor satisfacción es entintar su propio trabajo, pero ¿cuáles son sus expectativas cuando sus lápices son entregados a otros entintadores? ¿Quiénes lo dejaron más conforme? 
La mayor satisfacción y el mayor sufrimiento. Digo esto último porque hago muy poca tinta y falta la confianza del trabajo que se hace todos los días. Después de las frustraciones de los primeros años aquí, aprendí a no esperar demasiado de los entintadores, aunque sean de primera línea. Por ejemplo: yo tuve Wally Wood, pero en su momento más bajo, nada que ver con los magníficos trabajos que él había hecho para Mad. Los que más respetaron mi trabajo, y tenían talento de sobra para poner también su sello artístico, fueron Dick Giordano, Ricardo Villagrán, Kevin Knowlan, Bob Smith, Ernesto García y Joe Rubistein.

¿Cuál es su concepto cuando entinta a otros artistas? ¿Respeta en lo posible el arte original, o tiende a corregir lo que considera inapropiado?
Solo hice un puñado de tintas. Creo haber entintando a Kurt Swan, Irv Novic, Alan Weiss y Kieron Dwayer, y sus lápices eran tan perfectos y definidos sus estilos, que yo solo trataba de no arruinarlos. Las otras dos ocasiones en que entinté, lo hice modificando algunas cosas con el consentimiento del editor y, espero, del artista. De todas maneras, lo quieras o no, siempre hay algo tuyo en las tintas, a menos que no sepas nada de dibujo y que solo “calques” el lápiz, y aún así... 

¿Qué personajes que no haya realizado aún (de cualquier época, americanos o no) le hubiera gustado dibujar?
No lo sé, nunca fui fanático de un personaje sino de sus creadores o realizadores. Por supuesto que si mañana hago, por ejemplo, Spiderman, voy a declarar (cínicamente) que toda la vida estuve esperando esta oportunidad, etc.

Más allá de los estilos y las modas ¿Cuál es el secreto para permanecer en el primer nivel de la industria por más de tres décadas? 
 Yo creo, y esto lo pienso en serio, que se debe a mi baja producción. Tengo largos intervalos entre uno y otro trabajo, por lo cual siempre soy, como dicen aquí, el nuevo pibe en el barrio. Tengo unos pocos seguidores y el reconocimiento de mis colegas, pero la mayoría de los fans me desconocen, y otros creen que desaparecí en los ochenta. Además, como te dije anteriormente, trabajar duro. Lo contrario consiste en buscar hacer las cosas a lo fácil; pero aburrís al lector y a uno mismo, porque lo fácil es la repetición. Trabajo duro es meterte en nuevos problemas y tratar de solucionarlos dentro de un margen limitado de tiempo.

¿Cómo le fue encargada la realización de las guías de estilo de DC?
La Warner tenía unas guías de estilo para su línea de personajes animados, y partió de ellos la idea de hacer algo similar con toda la línea de DC. Querían mejorar la comercialización de franquicias, con un estilo uniforme, dirigido no al lector regular de cómics, sino más bien a todo tipo de público. En esa época, los ochenta, yo vivía en Miami, y me invitaron de vuelta a New York donde estuve dos semanas con la gente de la Warner y DC. Hice algunos bocetos en el mismo hotel, los cuales fueron aprobados, y luego desde Miami les mandaba copias de los sketches que después del visto bueno, terminaba a lápiz. Hice más de doscientos dibujos de esta manera, que luego fueron entintados por Dick Giordano. Salvo los Teen Titans y uno que otro villano, hice casi toda la línea de la compañía. Esto fue en 1982 y hasta hoy sigo colaborando con licencias. 


¿Qué significó para usted haber firmado un contrato de exclusividad con DC?
Nada especial, en absoluto. Trabajé para ellos por veinticinco años, casi en exclusividad, y nunca quise ni tuve necesidad de un contrato. Acepté firmar hace seis años por los cambios de gente que empezaron a darse en DC. De alguna manera, un contrato te da una relativa seguridad en un mercado de trabajo tan cambiante.

¿Cuál entre todos sus trabajos lo hace sentir más orgulloso?
Todos, si los veo como hijos ninguno tiene defectos. Al mismo tiempo ninguno, porque todos tienen algún error. Los que cometí yo, o el inker, o el colorista e incluso el editor.  

¿Cuál entre todos sus trabajos lo hacen sentir menos conforme?
Los que no me permiten contar una historia, más allá de los pin ups y la acción gratuita. 

¿Cuál es su guionista preferido? ¿Hay alguno con el cual no haya trabajado y desearía poder trabajar? 
Steve Vance, Max Allan Collins, Gerry Conway... No leo cómics como para hacer una elección informada... pero me inclinaría por Alan Moore. Por lo que veo en sus trabajos, creo que leímos los mismos libros de aventuras.

Entre todas las cualidades de su dibujo, hay una que llama la atención: la corrección anatómica en figuras que expresan fuerza, movimiento y todo tipo de enfoques ¿Cuáles fueron sus fuentes? Angel Borisoff, Andrew Loomis, Burne Hogart, Leonardo Da Vinci, Frank Frazzeta, Gil Kane, Ross Andru, etc.

 Quisiera repasar algunos de títulos que dibujó (sin orden en particular) y que contara a los lectores que significado tuvieron para usted. Empecemos por Roland el Corsario. 
Creo que marcó mi verdadero inicio profesional. Fue la primera historieta que me obligó a sujetarme a una disciplina y a diseñar personajes propios, además del gran honor de trabajar con Oesterheld, quien a pesar de que el tiempo de Hora Cero y Frontera había pasado, seguía siendo un gran cuentista. 



  
Superman 
En la época que lo empecé a dibujar, era una marca registrada, (lo sigue siendo, por supuesto). Por esa razón era muy difícil y al mismo tiempo monótono trabajar con él. Ahora me puedo tomar más libertades, pero como los Superman que hago mayormente son para licencias, esas libertades son muy relativas, sujetas al escrutinio de muchas personas de Warner y DC que tienen poder de decisión sobre la marca.




Batman 
Prefiero dibujarlo a él, con todas sus psicosis, y no al anterior.



  
Batman, "Reinado del terror"


Jonah Hex
Hacía poco más de un año que trabajaba aquí y los superhéroes no me "llegaban". Así que cuando me lo dieron (no lo pedí, además lo estaba haciendo magistralmente Jorge Moliterni) lo agarré sin titubear. Gracias a Joe Orlando, editor y Michael Fleisher, escritor que me dieron la oportunidad de hacer algo que me gustaba. 



Atari Force
Detrás también estuvo Orlando. Fue muy divertido y teníamos grandes expectativas... mientras duró.


Deadman
Es un personaje entretenido y se pueden hacer todo tipo de historias. Quizás porque ofrece tantas posibilidades no tiene gran repercusión. Quiero decir que no es monotemático como la mayoría de los superhéroes.




Deadman
Cinder and Ashe
Creo que fue lo mejor que hice en esa época, por eso mismo me sentí frustrado cuando no fue apoyado con la promoción debida ni defendido por DC cuando lo incautaron en una provincia canadiense.


¿Cuál fue el motivo de la incautación?
Se violaba a una menor. Si tenés la revista verás que fue hecho, creo, con buen gusto, pero fue suficiente para que tuviera problemas de aduana en Canadá. Y DC no protestó para no llamar la atención sobre los cómics y su contenido. Recordá que en este país ha habido audiencias en el congreso en las que pusieron los cómics en la picota.  

Cinder and Ashe

Quisiera mencionar dos títulos en particular que permanecen en la memoria de los lectores: “Batman vs Hulk” y “Superman Kal”. ¿Qué recuerdo tiene de esos trabajos? 
Del primero no recuerdo nada, salvo que lo hice en mi periodo "Miami Beach", y como ya es conocido, me la pasaba en la playa entrenando para "beach comber"... así que lo habré dibujado en los ratos libres je, je, je... Respecto a “Superman Kal”, creo que fue el Superman que mas disfruté. La historia, por supuesto es la de siempre, pero la época me permitió volver al placer de buscar documentación, y en el proceso aprender algo nuevo, cosa poco frecuente cuando de superhéroes se trata. Algo que recuerdo es que tuve que "inventar " una maquina para echar aceite o plomo hirviente. Como no pude encontrar nada, me diseñé una después de estudiar máquinas de guerra de la época y dibujos posteriores de Leonardo. Hasta creo que podría funcionar. Por si acaso mantengo el secreto, estos tiempos no están para bromas (risas). 



Superman Kal


Cuenta la leyenda que cuando vivía en Miami, pasaba más tiempo en la playa que dibujando ¿es correcto o es tan solo una leyenda?
Las dos cosas. Tenía la playa tan cerca que era una tentación permanente (risas).

Roland, versión actual, en uno de los lugares preferidos de José Luis: la playa.

¿Cómo se gestó la publicación de sus trabajos en Columba, a mediados de los ochenta?
Siempre visitaba Columba para ver a Presa en mis viajes a Buenos Aires, así que surgió naturalmente la idea de hacer algo cuando los precios fueron competitivos con lo que se pagaba aquí.



El reloj de la eternidad, su regreso a Columba.

 ¿Practica alguna otra disciplina plástica? Pintura, escultura...  
No tengo tiempo. Lo que más hago es leer. 
  
¿Cuándo fue la última vez que nos visitó y que recuerdos guarda de nuestro país?
La más reciente fue en 2001. Siempre he regresado cada vez que pude. No solo tengo parte de mi familia en Buenos Aires, sino que además quiero a la ciudad y al país. Me crié allá, así que todos mis defectos y virtudes son porteños, y a pesar de los periodos cíclicos de mala racha del país, siempre guardo los mejores recuerdos. 

García López en Buenos Aires, hace algunos años

Con sus familiares


Con su familia, en Buenos Aires.

¿En qué está trabajando actualmente? 
DC piensa revivir a un personaje muerto. Es un crossover entre dos libros de la misma editorial. Yo hago los cuatro libros a lápiz y saldrán, con suerte, el próximo verano. El plot es de Phil Jimenez, y George Perez hará la tinta... no puedo darte detalles porque me lo impide marketing, cuando ellos empiecen con su promoción te lo haré saber. 

¿Cuáles son sus próximos proyectos? 
 Cuando termine con éste que te adelanté, tengo que finalizar tres libros de Justice League. Son seis y tengo la mitad lista. Gail Simone escribe y Klaus Janson entinta. Y apenas los cómics lo permitan (hay otro posible proyecto), volveré a hacer material para licencias. 

Gracias por su tiempo José.
De nada, gracias a vos.

Acerca de Donna Troy 
Si leyeron con atención, comprobarán que el proyecto al cual hacía referencia José Luis, y del cual no podía adelantar información, es el que tienen en sus manos. Aquí nos cuenta algunos detalles de la producción.  

¿Qué nos podría contar acerca de la realización de Donna Troy? 
Es lo último que he hecho y en Estados Unidos ha tenido una buena recepción. Al menos, fue mucho más promovido que otros proyectos en los que estuve. Como dato anecdótico, te diré que aquí fue conocido como el "Eazy Project" (por Jimenez, Perez y López). Hasta la editora y su asistente se agregaron un apellido extra (terminado en “ez”) para los créditos del primer número. Entre nosotros, un trabajo de locos. 

¿Qué opinión le merece el guión? 
 He encontrado en él elementos familiares. El poder, la corrupción y la mentira, temas todos tan contemporáneos y eternos en la historia del mundo. Aquí, ni siquiera los “dioses" están a salvo de poseer los mismos defectos de los hombres. Por supuesto, todo esto se soluciona con bastante violencia y mucha acción, después de todo es nada más que una historieta. Cualquier parecido con la manera de arreglar las cosas en la vida real, es pura coincidencia. 

¿Cómo fue trabajar con este equipo? 
Donna Troy fue un proyecto que tomé con confianza. Sabía de antemano que contaba con la colaboración de colegas que conocían infinitamente más que yo sobre los personajes. Entendí que, luego de pasar por las manos de George Perez y Phil Jimenez, mis falencias pasarían desapercibidas. Si algún mérito tiene el trabajo se debe a ellos; de los defectos me hago cargo y pido comprensión.